Ofrenda en el Mausoleo de Bolívar en Caracas
De acuerdo con la
programación de la Dirección del Cronista Municipal y la municipalidad araureña
en conmemoración al Bicentenario de la Batalla de Araure, a las 10:00 am. del jueves 28 de noviembre de 2013, fue realizada la ceremonia de Ofrenda Floral
ante el sarcófago que guarda los restos mortales de El Libertador Simón Bolívar,
en el Panteón Nacional en Caracas.
En el acto, conducido por la
Dirección General del Ceremonial, Acervo Histórico y Mausoleo para El
Libertador, estuvieron ofrendando el presidente del Concejo Municipal de
Araure, Argenis Cedeño; el concejal José Nelo; el Cronista Oficial de Aeaure, Wilfredo Bolívar;
Leonardo Pinto representante de la Comisión Municipal para el Bicentenario;
Simón Sánchez, director del Centro Nacional de Historia de Venezuela; Miriam Elena Sánchez, nieta en quinta generación del Gral. Lorenzo Bustillos, héroe de Los
Horcones y Araure; María Magdalena Agüero, consultor jurídico de la Fundación Campo Batalla de
Araure – Parque Mitar (Cambamitar) y el Lic. Pablo Álvarez, representante de la Dirección
de Ceremonial y acervo histórico de la Nación.
Realizada la ofrenda, el
estudiante de la Escuela Parroquial “Ntra. Sra. del Pilar” de Araure, Juan Simón Bolívar
Guédez en su condición de tataranieto en sexta generación del prócer Lorenzo Bustillos, tuvo una breve intervención para agradecer al Libertador haber conseguido para todos los niños de Venezuela la Independencia de Venezuela.
Para clausurar, el acto el Cronista Oficial del Municipio Araure, Lcdo. (MCs) Wilfredo Bolívar, dirigió unas palabras
alusivas en las que invocó: “Depositamos estas coronas de flores, en nombre
de los que nunca se enteraron que Araure fue una batalla ganada. Venimos a esta
tumba de gloria, desde el único lugar de la venezolana Nación donde Bolívar
blandió su espada…”.
INTERVENCIONES EN EL ACTO PROTOCOLAR
Palabras pronunciadas por el niño Juan Simón Bolívar Guédez, en la
ofrenda floral ante el Mausoleo de Bolívar, con motivo del Bicentenario de la
Batalla de Araure.
Buenos días!
Venir desde
Araure hasta el Panteón Nacional para traer flores a la tumba de nuestro padre
El Libertador, es hacer el camino que en 1813 hizo Bolívar para librar la
Batalla de Araure.
Bolívar: en
nombre de todos los niños de Araure, Portuguesa y Venezuela, venimos aquí a
decirte en voz alta: qué alegría! saber que nuestro pueblo de Araure fue el
único lugar en Venezuela donde empuñaste la espada para pelear por mí y por
todos los niños para darnos la independencia.
¡Gracias
Bolívar! Por hacernos libres…
Recibe mis
palabras y esta ofrenda en nombre de los que murieron en la Laguna de los
Muertos. Aquí te rinden tributo los Lanceros de Ospino, la Caballería de
Barinas, mi tatarabuelo el General Lorenzo Bustillos, quien se vino contigo ese
año de la batalla desde Guanare y el Batallón Sin Nombre a quien dijiste estas
palabras:
“¡Soldados,
vuestro valor ha ganado ayer en el campo de Batalla un nombre para vuestro
cuerpo, y aun en medio del fuego cuando os vi triunfar le proclamé el Batallón
Vencedor de Araure. Habéis quitado al enemigo banderas que en un momento fueron
victoriosas. Se ha ganado la famosa llamada invencible de Numancia. Llevad
soldados esta bandera de la república. Yo estoy seguro que la seguiréis siempre
con gloria”
Palabras pronunciadas por el Lcdo. (MSc) Wilfredo Bolívar, Cronista
Oficial del Municipio Araure, en la ofrenda floral ante el Mausoleo de Bolívar,
con motivo del Bicentenario de la Batalla de Araure.
Señores Argenis
Cedeño y José Nelo, Presidente y concejal representante del Municipio Araure
del Estado Portuguesa
Señor
Leonardo Pinto y demás miembros de la Comisión Municipal Bicentenario de la
Batalla de Araure
Señor Simón Sánchez, Director del Centro Nacional de
Historia
Señores
cronistas de la Asociación de Cronistas Oficiales de Venezuela
Distinguidos
descendientes de los próceres de la Independencia de Venezuela, cuyas reliquias
reposan en este sagrado recinto del Panteón Nacional:
Dr. Alberto
Arteaga Governeur, tataranieto del General José Antonio Páez, liberado de la
cárcel de Barinas por El Libertador Simón Bolívar gracias a la Batalla de
Araure
Señores
Baldomero Sánchez y Mirian Elena Sánchez, tataranietos del General Lorenzo
Bustillos, héroe de Los Horcones y Araure
Invitados
especiales, Señoras y Señores
Los hombres echan a andar los caminos; y los caminos unen a
los hombres en destinos a veces asombrosos. El domingo 5 de diciembre de 1813,
al amanecer, Araure fue el escenario que reunió, en un mismo campo, el
dramático destino de hombres comunes, militares rebeldes, peones de hatos, mujeres
asustadas y mozuelos casi niños, guiados por el hombre que descansa el sueño
del Eterno en este recinto de inmortales.
Fuego de artillería, rostros quemados, balas de metralla atravesando
huesos, cajas de pertrechos incendiando la sabana, gritos y órdenes, banderas y
pelotones, bayonetas al pecho, soldados sin nombre, infantería a tiro de
pistola, tropel de caballos, afiladas hojillas de lanza atravesando cuerpos,
Araure será para siempre, —en la perpetuidad del tiempo—, la eternidad del
indómito Simón Bolívar.
Una vieja historia, recogida en Araure desde 1933, recién construido
el monumento que consagra la memoria de los que aqui no yacen, da cuenta que,
desde el fondo de la legendaria “Laguna de los Muertos”, una voz oculta venida
desde la sabana habría dicho a un sencillo viandante que por allí pasaba:
“Pasajero: ve y di ante el glorioso mausoleo del Padre de la Patria, que aún
yacemos aquí, orgullosos, por obedecer sus valientes órdenes”.
Jóvenes aún los sueños de la épica palabra, escuchamos
también esa voz. Por eso hemos venido hasta este Mausoleo a elevar en esta
bicentenaria hora la voz enhiesta de lo que aún está por hacer.
En el símbolo de estas guirnaldas de flores traemos desde
Araure el aire libre de la América esteparia. Venimos aquí a guardar un instante de silencio.
Venimos a este Panteón de los inmortales, a compartir la lágrima de la madre,
esposa o padre que no vieron entrar nunca más por la puerta de la humilde morada,
al hijo, al esposo o al compañero que un buen día marcharon en pos de la
Guerra.
—“Pasajero: ve y di al
Panteón de los vencedores que aún yacemos aquí por obedecer sus valientes
órdenes”.
Depositamos estas coronas de flores, en nombre de los que
nunca se enteraron que Araure fue una batalla ganada. Venimos a esta tumba de
gloria, venidos desde el único lugar de la venezolana Nación donde Bolívar
blandió su espada para ensayar un Carabobo, un Bomboná y una Pichincha. Rendimos
honores en este camposanto de la misión cumplida, a quienes aquí yacen y en
Araure respiraron el aire de la libertad: al Padre José Félix Blanco, Capellán
del Ejército en la hora difícil de Araure; a José Laurencio Silva, oficial de
la ‘camisa prestada’ en Santa Marta; a José Antonio Anzoátegui, epónimo de las
vecinas aguas del Cojedes; a Miguel Zárraga, héroe olvidado de la Patria vieja;
a nuestro abuelo sexto Lorenzo Bustillos, honor de la causa compartida de Páez
y Bolívar; y venimos por Páez, eterno agradecido del Araure donde vio la luz
primera, para recibir de la tierra nativa la luz de seguir viviendo. Apenas son
los nombres de quienes pudieron llegar hasta aquí…
Aquí estamos los herederos de Bustillos, héroe de Los
Horcones y Araure. Aquí está el recuerdo de los Páez-Herrera, vecinos de la
araureña villa, ofreciendo gratitud por la vida salvada de la cárcel de Barinas,
gracias a la victoria de Araure.
Bolívar: asustado corazón en medio de la guerra atravesada en
el camino de Araure, ¡cuánta honra debemos a tu excelsa gloria!.
Recibe Libertador esta bicentenaria ofrenda en nombre de
quienes respiraron por última vez en la sabana de Araure. Aquí está presente la
sangre de algunos de los sobrevivientes, esos que sí pudieron heredar familia y
continuar los destinos.
Bolívar: doscientos años después de la Batalla de Araure, elevamos
al Excélsior de la guerra nuestra oración por la paz. En la Venezuela del
siempre por hacer, la ofrenda en esta cripta suprema trae la promesa de seguir
construyendo.
Gracias hacedores de América en Araure. Rendimos honores en
este Panteón de los Héroes, ante vuestra grandeza de haber construido.
¡Hemos cumplido!. Humildes pasajeros del tiempo ido y aún por
venir, hemos venido al Panteón de los vencedores en nombre de los que en Araure
yacen “por obedecer tus valientes órdenes”. ¡Las seguiremos cumpliendo!
Muchas gracias
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